24 enero 2008

Escape

Últimamente he tenido la sensación de que esta ciudad me comía. No es una frase metafórica, refiriéndome a que el estrés diario o el tráfico urbano pueden conmigo, que también lo hacen, sino que lo sentía de forma literal, como si fuera un bocado que se lleva la mitad de mi cuerpo. La otra mitad por suerte escapaba, manteniendo intacta la cabeza pensante, que es la que razona, como buenamente puede, las frases que ahora lees.
Es desagradable, pero lo peor es que se repite con frecuencia, y la verdad es que cada vez más. Quiero ser libre, pero encerrado en esta maquinaria solo puedo ser un pedazo más de esta libertad que nosotros nos hemos montado. Eso sí, sigo bien atado a la rutina, al tráfico, las modas, las discotecas, la fama y el trabajo, entre otras cosas. ¿Qué consideras que es la libertad? Nadie es libre en esta gran máquina, que nos come a partes iguales. A mi por suerte me comío sólo los pies. ¿A ti te ha comido la cabeza?

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