La lujuria más perversa y sucia lleva días invadiendo mi cuerpo. La lucha constante entre el deseo y los sentimientos me están llevando a un estado de locura que sólo había vivido años atrás, en tiempos que creía olvidados. He vendido mi corazón y ahora estoy recibiendo mi merecido por bajar la guardia. Yo soy el responsable de esta situación, pero no podré llevarlo con entereza y veo que acabaré otra vez tal y como empecé, sin nada. Otra vez más, a las puertas de mi libertad, veo otra puerta cerrada. Esta lujuria me está matando.
1 comentario:
Genial la imagen
Publicar un comentario